Todos los días recibimos en la óptica a clientes que vienen a comprar gafas. Es parte de nuestro trabajo asesorarles para que se sientan a gusto con ellas. Como profesionales de la visión también nos hemos asesorado en cómo influyen componentes biológicos y estéticos para que nuestros clientes salgan satisfechos de su compra.
Con la experiencia, hemos aprendido que cada montura se adapta a un tipo de rostro, realzando los puntos más atractivos.
Gafas para rostros alargados.
Son rostros estrechos, de mejillas y frente con poco ancho y de mentón fino.
Estéticamente se recomienda ensanchar el rostro, para hacerlo más armonioso. Recomendaremos utilizar gafas de montura amplia que logre acortar la altura del rostro.
Gafas para rostros ovalados.
Son muy simétricos, y sus formas demuestran mejillas más amplias que la frente y estrechez hacia la zona de la barbilla.
Recomendaremos gafas medianas o pequeñas para un rostro grande y gafas más grandes para rostros pequeños.
Gafas para rostros en forma de corazón.
Son aquellos en los que las mejillas y la frente son más anchas y amplias que el mentón.
Recomendamos gafas rectangulares grandes. Las monturas deben ser ligeras.
Gafas para rostros de forma triangular.
Tienen la frente es más bien estrecha, mientras que el mentón es más pronunciado. Recomendamos las gafas alargadas hacia las sienes, sin extenderse fuera del rostro para no tapar la zona de la frente.
Gafas para rostros redondos.
Tienen formas circulares.
Recomendamos gafas de tamaños grandes, con ángulos definidos cuadradas o rectangulares con monturas y marcos gruesos.
Gafas para rostros cuadrados.
Tienen rostros cuadrados y exhiben la frente y las mejillas altas.
Recomendamos unas gafas redondeadas, sin ángulos definidos.
Para más información pide cita para un correcto asesoramiento.
